En la actualidad, el debate en torno a la legalización y uso del cannabis ha cobrado gran relevancia en diversas partes del mundo. Mientras que cada vez más países han legalizado su uso terapéutico, muchas naciones aún mantienen leyes restrictivas que obstaculizan el acceso de los pacientes a esta alternativa de tratamiento. En este artículo veremos si las legislaciones en torno al cannabis medicinal están en algunos casos violando los derechos de la población a obtener acceso a la medicina y a hacer su elección terapéutica.

El desfase entre la legislación y la evidencia científica:

Uno de los principales puntos de discusión es la discrepancia entre las leyes vigentes y la creciente evidencia científica que respalda el uso terapéutico del cannabis. Numerosos estudios han demostrado los beneficios potenciales de esta planta en el alivio de diversas condiciones médicas, como el dolor crónico, la epilepsia, el cáncer y los trastornos neurológicos. Sin embargo, muchos sistemas legales continúan considerando al cannabis como una sustancia peligrosa y sin valor médico, lo cual es contradictorio con la evidencia disponible.

El acceso limitado a la medicina:

Las leyes restrictivas impiden que aquellos que podrían beneficiarse del cannabis medicinal accedan a él de manera segura y legal. Siendo una planta que puede hacerse crecer en casa y que puede aportar remedio a diversas condiciones médicas, las leyes actuales violan los derechos de las personas al no permitirles que la cultiven en la privacidad de su hogar. Es irónico que aquellos que recurren al autocultivo o a la producción casera de aceites y extractos se enfrentan a posibles sanciones legales.

Derechos humanos y libertad de elección terapéutica:

El acceso a la medicina, incluido el cannabis, es un derecho humano fundamental. Las leyes restrictivas que impiden el acceso a tratamientos medicinales seguros y efectivos constituyen una violación de este derecho. Cada individuo debería tener la libertad de elegir el tratamiento que considere más adecuado para su condición médica, en consulta con profesionales de la salud. Negarles esta opción es limitar su autonomía y bienestar.

La necesidad de un cambio legislativo:

Es hora de que el sistema legal se ponga al día con la realidad y adopte un enfoque más progresista en relación con el cannabis medicinal. Esto implica revisar y reformar las leyes actuales para permitir un acceso seguro y legal a esta alternativa terapéutica. Se deben establecer regulaciones claras y basadas en la evidencia científica para garantizar la calidad, la seguridad y el control adecuados en la producción y distribución del cannabis medicinal.

Planes de estudio desactualizados:

Muchos profesionales de la salud que ejercen hoy en día no han sido entrenados o instruidos en el uso del cannabis como alternativa médica. Esto incluye a los profesionales de la psiquiatría. Esto se debe a que como los descubrimientos científicos sobre las aplicaciones medicinales de esta planta son tan recientes, las universidades aún no utilizan bibliografía que contenga esta información. Por supuesto hay muchísimos médicos y científicos que sí están al tanto de los beneficios del cannabis pero ha sido por su propia inquietud e investigación y no porque lo dictara un organismo de educación.

Cannabis en Barcelona:

En nuestra ciudad, por ejemplo, hace años tenemos dispensarios cannábicos y weed clubs donde las personas podemos consumir cannabis en un entorno social sin romper la ley. También es posible para quienes vivimos aquí cultivar la planta y consumirla en nuestro hogar, pero aún no son tantos los países y ciudades que están relajando las legislaciones en torno al cannabis.

Conclusión:

Una vez que se ha comprobado que una sustancia sirve como medicina, especialmente si se trata de algo natural como una planta, pasa a ser parte de la elección del paciente si quiere utilizarla para tratarse. La ley no puede prohibir el uso de tal sustancia, pero sí debe regularlo. Sólo podemos esperar que en los años próximos las legislaciones sean revisadas y se le permita a toda la población tener acceso a productos cannábicos aunque sea con propósito medicinal.

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